A propósito
de la verdad y de la mentira, releo un texto de un documento original y
creativo de Friedrich Nietzsche titulado “Sobre verdad y mentira en sentido
extramoral y otros fragmentos de filosofía del conocimiento” publicado hace
poco por la editorial Tecnos. También hace poco escribía sobre el tema el
ensayista y catedrático Félix de Azúa en su libro Contra Jeremías de editorial
Debate (artículo La opinión pública nunca se equivoca). Transcribo:
…en el futuro la verdad
no la iba a decidir el análisis lógico, científico, racional ó simplemente
sensato sino una potencia que comenzaba a formarse: la opinión pública……..La
verdad es puro resultado de las fuerzas en juego…….El difunto Foucault creía
que las verdades científicas también eran resultado de las fuerzas fácticas y,
por tanto, eran opinables y construidas por los poderes económicos……
Aunque uno
puede pensar desde hace tiempo que es así, reconforta que coincidan en dichas
apreciaciones tres pensadores como los indicados. Que importancia tiene por
tanto estar del lado de los “débiles” ó de los que no pueden escribir la
historia porque no son los que la sociedad actual denomina triunfadores y
emplear la potente herramienta de las redes sociales, mientras sea posible,
para dar a conocer otras verdades no oficiales.