martes, 8 de abril de 2014

Ocurrencias después de leer algo de Defoe y de Camus sobre la peste

La historia de la evolución del ser humano nos muestra su enorme capacidad para evolucionar y hacer frente a los problemas que van surgiendo. A pesar de que todavía existe gente que lo pasa mal y que incluso se muere de hambre, muchos de los países pobres se desarrollan y mejoran gracias a que hacen oídos sordos a las imposiciones procedentes de los países ricos. Hablo de pobre y rico en base a la renta per cápita relacionada directamente con todo lo que significa un buen nivel de vida: alimentación, sanidad, educación, etc.
Decía el famoso T. A. Edison (creo que fue el, sino otro y sino lo digo yo) que a la gente dale primero un plato de comida (creo que decía de lentejas) que después ya pensará, a no ser alguno de la India, ó parecido, que todo el día está pensando, meditando ó durmiendo que es lo que me ocurre a mi (y creo que a la mayoría antes ciertos rollos y camelos) cuando paso mucho tiempo de meditación introspectiva. Cuando se ve la elevada renta per cápita de Europa nos olvidamos como fue obtenida. Antes en Europa fuimos algo y ahora no somos nada. Si, somos países endeudados y dependientes totalmente de los países pobres a los que queremos evitar crecer y desarrollarse. Ya se encargarán éstos últimos de resolver algunos de los problemas que su desarrollo genera, al igual que hizo Europa.
Hay que reconocer el importante papel juegan en el conocimiento de la realidad, y en evitar engaños que desempeñan las redes sociales.
Me apetece escribir lo anterior, después de haber releído dos estupendos libros: uno del gran novelista inglés Daniel Defoe titulado Diario del año de la peste de la editorial Impedimenta  y otro de Albert Camus titulado La peste de editorial Edhasa (éste último traducido por la novelista Rosa Chacel).
Además de la miseria generadora de la peste, también hablan de las personas interesadas y altruistas que ayudan a los demás en las situaciones que se necesitan y me parece estupendo. No obstante me pasa con esto como con las ONGs, que si que vale, pero prefiero más justicia y menos caridad. Repito más justicia y menos caridad.
Nota: Recuerdo que hace poco un entusiasta de los saberes de la India (por poner un ejemplo) con muchos años en dicho país meditando, dando charlas en Europa, con centros de yoga, etc, en uno de los viajes a dicho país se puso enfermo, bastante, vamos que la espichaba. Después de ingresar en un importante centro de la sanidad pública de España (si a los centros donde va todo el mundo cuando está jodido de verdad), y estudiado por los médicos, logró dársele con el tratamiento adecuado y ya está curado de la enfermedad contraída en la India. Escribió un libro sobre el asunto y a seguir con el tema. Eso si, ahora me parece que es menos forofo de las cosas folklóricas.