domingo, 2 de junio de 2013

Siempre se quiere tener razón
Desde hace años existe una casta de periodistas-tertulianos en las radios y televisiones públicas y privadas, estatales y autonómicas, que compiten y se pelean entre ellos, poniendo a caldo a los políticos que les interesa (nada de derecha e izquierda simplemente a los que les interesa). Siempre son los mismos pero como cada vez hay más enchufados, el número de ellos aumenta. Si se les escucha se puede constatar que en la mayoría de los casos son más impresentables, tienen menos preparación y tienen más que ocultar que los políticos a los que critican, con una salvedad, éstos se presentan a una elecciones y dan la cara, ellos nada en la sombra y a lo suyo.
Saco esto a colación porque éstos días estuve “zapineando” en los medios de comunicación y las discusiones y peleas entre ellos es un espectáculo indigno, donde no se dicen más que obviedades buscando el aplauso fácil. Obviamente y afortunadamente no son todos, al igual que los políticos, pero son una gran mayoría. Algo parecido observo en las discusiones en las redes sociales y el recurso fácil a las descalificaciones. Pero bueno es lo que hay, aunque si es el reflejo de la sociedad es para temblar. Todos quieren tener razón. 
Recuerdo un opúsculo del filósofo alemán Shopenhauer (1788-1860) que dejó en su obra póstuma, a la que se puso como título “El arte de tener razón” (existe una edición de bolsillo publicado por Alianza editorial de Franco Volpi). Lo recomiendo a todas esas personas cuyo único propósito es hacer que triunfen sus tesis al margen de su falsedad e inconsistencia. También lo recomiendo a los que le importa un pepino tener ese tipo de razón, entre los cuales me incluyo, para darse cuenta que en ocasiones las discusiones no valen para nada y es una pérdida de tiempo. “Debido a la perversidad natural del ser humano, en las disputas cotidianas no se procura, que la verdad salga a la luz, sino que cada contendiente se afana en que se le de la razón”. En dicho libro se explica lo que es la lógica y la dialéctica y las 37 estratagemas (y una última) para tener siempre razón.