“Mario Bunge,
filosofía, Obama y lobistas”
Leo en el Jot Down
Cultural Magazine una entrevista a Mario Bunge (Buenos Aires, 1919), uno de los
grandes filósofos vivos, Premio Príncipe de Asturias de Humanidades en 1982,
doctor Honoris Causa por 19 Universidades, etc publicada por Juan Claudio de
Ramón. Me ha gustado la entrevista
y destaco algunas cuestiones:
-La influencia sobre las personas de la
presencia de los libros a lo largo de su vida….el escritor italiano Edmundo d’Amicis decía
que el destino de mucha gente depende de tener o no tener una biblioteca en el
hogar paterno….
-Aunque desde hace años la mayor parte
de la filosofía no es tema de mi interés, me parece de interés lo que dice…..Las universidades
de filosofía estudian autores: Aristóteles, Santo Tomás, Descartes… en lugar de
estudiar por temas, como el problema del espacio, de la consciencia, la
convivencia, la justicia… Es más fácil estudiar por autores, porque entonces
una persona se lee unos cuantos libros de un autor y se convierte en experto en
ese autor, y al ser experto en ese autor, no sabe nada de lo que pasa…….
-Respecto a Obama:….He leído que está
decepcionado con Obama. Muy decepcionado, y no soy el único. Hay millones de
personas en todo el mundo, y en particular en Estados Unidos, que esperaban que
Obama fuese más o menos fiel a los propósitos que anunció durante su primera
campaña electoral, y los ha traicionado todos con una excepción: permaneció
fiel a su promesa de apoyar la investigación científica. En eso ha sido
coherente consigo mismo, en lo demás no. Fíjese usted, en Estados Unidos hay
profesiones que deberían ser declaradas ilegales, tal como la de “lobbyist”, el
procurador que diríamos en castellano. En Washington hay 4.500 lobistas
registrados, cuya finalidad, sabida, es corromper a los parlamentarios e
incluso, en muchos casos, escribir proyectos de ley. Esto lo he aprendido en un
texto de economía que tiene todo un capítulo dedicado a los lobistas. ¿Qué debe
ser un lobista para ser eficaz? Debe tratar, con todo cinismo, de escribir él
mismo los proyectos de ley y empujar o persuadir al parlamentario para que
adopte el punto de vista de ciertos intereses creados, de grupos de empresas,
en particular la industria del armamento…….
En el caso de
Europa los lobistas hacen el mismo daño y son igual de nefastos (si se pasa una
temporada larga en Bruselas, Luxemburgo ó Estrasburgo es fácil darse cuenta)
pero con el agravante de que actúan aún más en la sombra y de que además de
lobistas por materias los hay por países. Una locura de intereses que pasan las
opiniones y las necesidades de la sociedad por el arco del triunfo.