domingo, 7 de julio de 2013

Mi pueblo: la verdad y lo importante de estar informado. 1ª parte.

Lo que vio Jamín en la tele
Había comprado Jamín el cojo, tenía dinero ahorrado, una televisión en 7D con una antena parabólica satelital y 1111 canales. También compró un i-pppad3elevadoa_n para cuando va a la granja de Pipa su hija, conectarse a la “Vacared” a través de “Cuernobook”. Aunque él siempre se dedicó a la extracción de minerales y ahora lo hacen sus hijos, siempre que puede va a ver a Pipa a la granja; como dicen los hijos provocándole desde una cierta distancia por si cae una colleja, la niña es la niña.
Desde que la hija y los hijos tomaron las riendas de los negocios, se dedica a lo que siempre fue su pasión: leer, estudiar, estar al día de todo y luego ayudar al desfavorecido tocando los huevos al poderoso, cuanto más mejor. Como dice Queta su mujer en el idioma de su pueblo, de tanto leer vas a dar en roxo, que en castellano viene a significar: vas a terminar como una puta cabra, con perdón para éstas.
Estaba viendo el telediario mientras cenaba, en una cadena de televisión de los pueblos de “Laderacalami”, solo estos pueblos tenían más de 1000 canales que pagan con dinero prestado de los pueblos “Forrateprestandopelas”, y le preocuparon cuatro temas. El primer tema era que al pinchar en un culebrón plutoniano, vio que una pareja de abuelos, Plutonina y Plutonín que llevaban casados 333 años y que decían que eran felices. Le sacó Queta de sus pensamientos: nosotros llevamos 60 años, así que afina Jamín. Quedó aclarado el primer tema.
Los otros tres asuntos: uno estaba relacionado con las declaraciones de una joven del partido de un gobierno vendiendo que eran necesarios los recortes en la sanidad pública que se estaban haciendo porque no hay dinero; y una leche comenzaba el cabreo de Jamín. Otro asunto tiene que ver con las declaraciones de otra joven del servicio meteorológico culpando del incremento en el número de huracanes, al aumento de temperatura. Ni hay más huracanes ni ha subido la temperatura en 17 años. “Hostias en vinagre”, expresión que equivale a “y una leche” pero en un grado superior de cabreo, decía Jamín que estaba a punto de sentarle mal el yogurt casero que había desayunado.
El último asunto hacía referencia a unas conferencias organizadas por unos lobistas sobre no sé qué chorrada, válida para reunirse los de siempre, ciertos empresarios, banqueros, comisionistas y vividores, para ver cómo pueden ganar más jodiendo también a los de siempre. El jefe de los lobistas era un guaperas en su momento que hizo fortuna con información privilegiada legal sobre la empresa en la que trabajaba de relaciones públicas.
La información a los medios de comunicación lo realizan chicas y chicos jóvenes con cara de no haber roto un plato ó la vajilla. Ya lo dice la canción, “que se jodan los feos”.
Después de pasar el cabreo y sentado en el porche de sus casa, como todas las noches, comenzó a pensar, lo de que se jodan los feos le dolía, mientras tomaba un café y fumaba un puro aspirando y expeliendo el humo en volutas poniendo la boca como los peces cuando les sacan del agua y moviendo las orejas como Zoe la labrador, por si aparecía Queta y le cazaba fumando. Siempre le pasaba que, la labor introspectiva de pensar era tan profunda, que se quedaba dormido. Je, je, je.
Continuará, si me apetece.