Llevo
tiempo escribiendo sobre cómic relacionados con figuras sobresalientes de las
artes y las ciencias, algunas de los cuales ya he comentado. Acabo de leer
“Logicomix. Una búsqueda épica de la verdad” de A. Doxiadis, C.H. Papadimitriou,
A. Papadatos y A. Di Donna con una introducción del filósofo F. Savater. Editorial
sin sentido. Es algo más que un estupendo cómic sobre la vida del filósofo B. Russell. Ambicioso, acertado y
estupendo tanto en el texto (narración y rigurosidad en la simplificación), en
los dibujos y en el color de las viñetas. Muy
recomendable su lectura. Como dice acertadamente Savater “instruye
deleitando”.
Todo es
destacable. Por una serie de razones relacionadas con mi formación, me encantó
la parte que ilustra la Conferencia Internacional de Matemáticas de Paris del
año 1900 (coincidente con la Exposición internacional de París) con la
presencia de Hermite, Minkowski, Klein, etc y sobre todo la descripción de las
tensas y singulares relaciones entre los grandes matemáticos David Hilbert
(“apóstol de la rigurosidad de la demostración lógica”) y Henri Poincaré (“fiel
devoto de la importancia de la intuición humana”) que posteriormente escribió
los primeros textos sobre la física-matemática no determinista. Tengo en mucha
estima un gran librito de la Colección Austral de Espasa Calpe (2ª edición del
año 1945) que conseguí en una librería de segunda mano cuyo título es La
ciencia y la Hipótesis del gran matemático universalista francés Henri Poincaré.
Siempre reconforta la lectura de sus publicaciones. Sobre todo ahora que estoy un poco saturado del Sr. Iglesias (del joven, del abuelo nunca estaré saturado), de la Sra. Díez (la que lleva en el ajo de la política desde que nació y sigue), del Sr. Borbón (both; reyes en el 2014), del Sr. Costa (Diego el de la placenta), de Brasil (y lo que queda), de los tertulianos políticos de siempre (que coñazo de tíos), de los nihilistas de pacotilla, etc. Paro, a ver si descubro que estoy saturado de mi mismo.
Siempre reconforta la lectura de sus publicaciones. Sobre todo ahora que estoy un poco saturado del Sr. Iglesias (del joven, del abuelo nunca estaré saturado), de la Sra. Díez (la que lleva en el ajo de la política desde que nació y sigue), del Sr. Borbón (both; reyes en el 2014), del Sr. Costa (Diego el de la placenta), de Brasil (y lo que queda), de los tertulianos políticos de siempre (que coñazo de tíos), de los nihilistas de pacotilla, etc. Paro, a ver si descubro que estoy saturado de mi mismo.